lunes, 21 de marzo de 2011

EL ESTADO: NOTAS SOBRE SU SIGNIFICADO

EL ESTADO: NOTAS SOBRE SU SIGNIFICADO
por Mabel Thwaites Rey

Fuente (http://www.catedras.fsoc.uba.ar/thwaites/est_conc.pdf) Publicación de la FAUD, Universidad Nacional de Mar del Plata. 1999

En los últimos 20 años, por impulso de las visiones neoliberales se ha extendido en el mundo una impugnación creciente al Estado, que se corresponde con la crisis de la intervención keynesiana- benefactora que tuvo su auge después de la Segunda Guerra Mundial.

El Estado es un conjunto de instituciones burocráticas que interfieren en la vida de los ciudadanos y que, además, resultan costosas. Cabe destacar que detrás de cada concepción del Estado existe una forma de interpretar a la sociedad y al poder político que no es una mera descripción de "lo real", sino que importa valoraciones que a su vez recortan e influyen sobre la realidad que se pretende describir.

En muchas ocasiones El Estado suele aparecer cuestionado desde una concepción que supone que "lo que es de todos abstractamente, no es de nadie". Así, se convierte en una suerte de res nulus apropiable por quien lo maneja. El Estado así percibido es considerado el "lugar" de la desidia y la falta de motivación para el trabajo eficiente o de la construcción de "cotos privilegiados" para uso particular de quien se los apropia. Como contrapartida, se coloca a lo privado como paradigma de todas las bondades posibles. En estas imágenes el Estado es visto como una COSA, como una suerte de INSTRUMENTO o conjunto de aparatos desprovistos de valoración y al servicio de quien los utiliza y, por tanto, colonizable, apropiable, manipulable. O, por el contrario, es percibido como un SUJETO con voluntad propia, lo que implica concebir a la burocracia con capacidad de acción e intereses absolutamente independientes.

La descripción "teórica" de la naturaleza del Estado, conlleva una valoración que, inevitablemente, se pone en juego como estrategia de lucha política.

En una obra clásica de 1938 Herman Heller dirá que el ESTADO es una “unidad de dominación, independientemente en lo exterior e interior, que actuará de modo continuo con medios de poder propios y claramente delimitada en lo personal y territorial” (1942: 142) Analicemos por partes la definición:

UNIDAD DE DOMINACION: El Estado moderno ha logrado concentrar los diversos centros de poder que caracterizaban a las organizaciones políticas medioevales (“poliarquías”). En la Edad Media, casi todas las funciones que el Estado moderno reclama para sí se hallaban repartidas entre los más diversos depositarios: la Iglesia, el noble propietario de tierras, los caballeros, las ciudades y otros privilegiados. El soberano monárquico del Estado feudal tenía muy pocos derechos inmediatos de dominación.

INDEPENDIENTE EN LO EXTERIOR E INTERIOR: Los reinos y territorios de la Edad Media eran, tanto en lo interior como en lo exterior, unidades de poder político intermitente; su poder estaba limitado, en lo interno, por los numerosos depositarios de poder feudales, corporativos y municipales y, en lo externo, por la Iglesia y el Emperador. En la Edad Media la Iglesia reclamó una obediencia, aunque extra estatal, política de todos los hombres, incluso de los que ejercían el poder político. Durante siglos, la Iglesia representó la única organización monista de autoridad, en un mundo en el que el poder estaba disgregado.
También era desconocida, en el Medioevo, la idea de una pluralidad de Estados soberanos, coexistiendo con una igual consideración jurídica. Todas las formaciones políticas europeas se consideraban más bien como subordinadas al Emperador.

CON MEDIOS DE PODER PROPIOS: Los grupos políticos de la Edad Media eran defendidos, dominados y administrados por personas a las que pertenecían, en su mayor parte en propiedad, los medios administrativos, ya fuesen de carácter militar, judicial o de otra clase, tales como productos naturales, dinero, armas, caballos, edificios, etc. La evolución que se llevó a cabo, en el aspecto organizador, hacia el Estado moderno, consistió en que los medios reales de autoridad y administración, que eran posesión privada, se convirtieron en propiedad pública y en que el poder de mando que se venía ejerciendo como un derecho se expropió en beneficio del príncipe absoluto primero y luego del Estado.

“La nueva palabra “Estado” designa certeramente una cosa totalmente nueva porque, a partir del Renacimiento y en el continente europeo, las poliarquías, que hasta entonces tenían un carácter impreciso en lo territorial y cuya coherencia es floja e intermitente, se convierten en unidades de poder continuas y reciamente organizadas, con un solo ejército que era, además, permanente; una única y competente jerarquía de funcionarios y un orden jurídico unitario, imponiendo además a los súbditos el deber de obediencia con carácter general” (Heller, 1942, p.145)

El Estado, está intrínsecamente ligado a la constitución de la sociedad capitalista, porque es el garante de la relación social capitalista. Representación socialmente organizada del capital total.
Las formas materiales en que se encarna el Estado cambian con los cambios que se desarrollan en la estructura productiva, en un proceso dialéctico en el que tanto las instituciones son conformadas por la realidad material como la realidad material es modificada por acción de las instituciones.

La evolución histórica de las instituciones estatales es inseparable de la evolución de las funciones de cada forma histórica estatal, que articula un modelo de acumulación y una estructura social determinados. Como estas funciones se manifiestan en cuestiones sociales que exigen intervención estatal, se cristalizan en formas institucionales diversas; EL ESTADO ES UNA RELACIÓN SOCIAL DE DOMINACIÓN antagónica y asimétrica que separa a los dominantes de los dominados en una estructura social.

El Estado es producto y revelación del carácter irreconciliable de las refutaciones de clase y el mismo surge en el sitio, en el momento y en el grado en que las contradicciones de clase no pueden, objetivamente, conciliarse. Y viceversa: la existencia del Estado demuestra que las contradicciones de clase son irreconciliables.

Mayra Ponce
Lucía Ochoa
21/03/11
4to Ciclo de Periodismo

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